Prostatitis
La prostatitis es la inflamación de la próstata, una glándula ubicada debajo de la vejiga en los hombres. Puede causar dolor pélvico, dificultad para orinar, molestias al eyacular y síntomas similares a una infección urinaria.
Prostatitis
- Próstata
- Hombres
- Inflamación
Introducción
La prostatitis es un grupo de trastornos caracterizados por la inflamación de la glándula prostática. Puede tener origen infeccioso o no infeccioso, y afectar a hombres de todas las edades, aunque es más frecuente entre los 30 y 50 años. Se estima que hasta un 10% de los hombres presentará síntomas de prostatitis en algún momento de su vida.
Según la clasificación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU., reconocida internacionalmente, se distinguen cuatro tipos:
- Prostatitis bacteriana aguda (tipo I)
- Prostatitis bacteriana crónica (tipo II)
- Síndrome de dolor pélvico crónico (tipo III), con o sin inflamación
- Prostatitis inflamatoria asintomática (tipo IV)
La más común es el síndrome de dolor pélvico crónico (tipo III), cuya causa exacta sigue sin aclararse.
Síntomas
Los síntomas varían según el tipo de prostatitis:
- Prostatitis bacteriana aguda:
- Fiebre y escalofríos
- Dolor perineal o en la parte baja de la espalda
- Disuria (dolor al orinar), polaquiuria, urgencia urinaria
- Dificultad para orinar, incluso retención aguda
- Dolor eyaculatorio
- Malestar general
- Prostatitis bacteriana crónica:
- Síntomas más leves pero persistentes (semanas o meses)
- Molestias pélvicas, dolor testicular o perineal
- Infecciones urinarias recurrentes
- Síndrome de dolor pélvico crónico:
- Dolor crónico en la pelvis, periné o genitales
- Disfunción urinaria (flujo débil, ardor al orinar)
- Dolor durante o después de la eyaculación
- Afectación psicológica (ansiedad, frustración, depresión)
- Prostatitis inflamatoria asintomática:
- No hay síntomas. Se detecta de forma incidental, por ejemplo en estudios de fertilidad o biopsias.
Diagnóstico
El diagnóstico de prostatitis se basa en:
- Historia clínica y síntomas: es clave identificar la duración y tipo de síntomas.
- Exploración física: tacto rectal puede revelar una próstata dolorosa, inflamada o normal según el tipo.
- Análisis de orina: para detectar infección o inflamación (leucocituria, bacteriuria).
- Cultivo de orina: importante en prostatitis bacteriana.
- Pruebas específicas: en casos seleccionados, puede hacerse la prueba de los "cuatro vasos" (pre- y post-masaje prostático) para diferenciar tipos.
- PSA (antígeno prostático específico): puede elevarse temporalmente, por lo que no se recomienda como prueba de rutina durante un episodio agudo.
El diagnóstico del síndrome de dolor pélvico crónico es clínico y de exclusión.
Complicaciones posibles
Si no se detecta o gestiona adecuadamente, la prostatitis puede conllevar complicaciones, sobre todo en sus formas bacterianas:
- Absceso prostático
- Retención urinaria aguda
- Bacteriemia/sepsis (en casos graves)
- Infecciones urinarias recurrentes
- Infertilidad (por afectación espermática)
- Dolor crónico y disfunción sexual (especialmente en tipo III)
Prevención
No siempre es posible prevenir la prostatitis, especialmente en sus formas no infecciosas, pero algunas recomendaciones pueden ayudar:
- Mantener una buena hidratación
- Evitar la retención urinaria prolongada
- Buena higiene genital
- Uso de preservativo para prevenir infecciones de transmisión sexual
- Evitar prácticas irritativas como montar en bicicleta durante largos periodos sin protección adecuada en el sillín
- Tratar precozmente las infecciones urinarias o uretrales
Además, en el síndrome de dolor pélvico crónico, el abordaje multidisciplinar (educación, fisioterapia, técnicas de relajación) puede ser útil como parte del enfoque global.