Disfunción Eréctil (DE)
La disfunción eréctil es la dificultad persistente para lograr o mantener una erección suficiente para una relación sexual satisfactoria. Es una condición común que puede tener causas físicas, emocionales o ambas, y afectar significativamente la calidad de vida.
Disfunción Eréctil (DE)
- Hombres
- Erección
- Actividad sexual
Introducción
La disfunción eréctil es la incapacidad persistente o recurrente de lograr o mantener una erección suficiente para una actividad sexual satisfactoria. Se trata de un problema común en hombres de todas las edades, con mayor prevalencia a partir de los 40 años.
Se estima que afecta al 20-30% de los hombres en algún momento, y su prevalencia aumenta con la edad y con la presencia de comorbilidades (diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedades cardiovasculares, entre otras). La DE puede tener una importante repercusión psicológica, social y en la calidad de vida, tanto del paciente como de su pareja.
Causas principales
La DE puede tener causas múltiples y, en muchos casos, se deben a una combinación de factores orgánicos y psicológicos:
- Orgánicas (75-85%):
- Vasculares: aterosclerosis, hipertensión, enfermedad cardiovascular
- Neurológicas: neuropatía diabética, esclerosis múltiple, lesiones medulares
- Hormonales: hipogonadismo (niveles bajos de testosterona)
- Iatrogénicas: efectos secundarios de fármacos (antihipertensivos, antidepresivos), cirugía prostática o pélvica
- Psicológicas:
- Ansiedad de rendimiento, depresión, estrés, trastornos de pareja
- Mixtas:
- Es frecuente que haya un componente físico con una respuesta emocional asociada que perpetúa la disfunción.
Síntomas
El síntoma principal es la dificultad para conseguir o mantener una erección que permita una relación sexual satisfactoria. Puede acompañarse de:
- Reducción del deseo sexual
- Erecciones menos firmes o de menor duración
- Erecciones ausentes durante la noche o al despertar (siempre importante para el diagnóstico diferencial)
- Ansiedad relacionada con el desempeño sexual
Es importante diferenciar entre un episodio ocasional (normal) y un problema persistente (más de 3 meses), que requiere evaluación.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa fundamentalmente en la historia clínica detallada, incluyendo:
- Cuestionarios validados
- Evaluación de factores de riesgo cardiovascular, endocrino, neurológico y psicológico
- Exploración física, incluyendo examen genital y signos de enfermedades sistémicas
Pruebas complementarias según el caso:
- Análisis de sangre: testosterona total, glucemia, perfil lipídico, función tiroidea
- Pruebas de función eréctil nocturna (en casos seleccionados)
- Eco-Doppler peneano con fármaco vasoactivo (en casos más complejos)
El enfoque diagnóstico debe ser individualizado, descartando causas tratables y valorando riesgos asociados.
Complicaciones posibles
Aunque la DE no es peligrosa en sí misma, puede ser un signo de enfermedad vascular sistémica y tener consecuencias importantes si no se aborda:
- Impacto psicológico: baja autoestima, ansiedad, depresión
- Dificultades en la relación de pareja
- Disminución de la calidad de vida
- Retraso en el diagnóstico de enfermedades sistémicas como diabetes o enfermedad cardiovascular
La DE puede ser una manifestación precoz de enfermedad arterial coronaria.
Prevención
Algunas medidas pueden reducir el riesgo o mejorar los síntomas:
- Controlar los factores de riesgo: diabetes, hipertensión, colesterol elevado, obesidad
- Evitar el tabaco, el alcohol en exceso y el sedentarismo
- Fomentar una vida sexual saludable y sin presión
- Revisar y ajustar tratamientos farmacológicos que puedan contribuir
- Abordaje temprano del estrés, la ansiedad y los conflictos de pareja
La educación sexual, tanto a nivel individual como en pareja, puede desempeñar un papel importante en la prevención y abordaje inicial de los síntomas.
Consejos
- No te sientas solo: la disfunción eréctil es más común de lo que parece y puede tratarse.
- Habla con tu médico: perder una erección no siempre es "cosa de la edad". Puede ser un síntoma importante que merece atención.
- No te automediques: los medicamentos sin control pueden ser peligrosos o empeorar el problema.
- Cuida tu salud general: lo que beneficia a tu corazón (alimentación, ejercicio, dejar el tabaco) también ayuda a tu función sexual.
- Habla con tu pareja: compartir lo que ocurre reduce la presión y puede fortalecer la relación.